viernes, 31 de agosto de 2012

(1940) El castillo maldito

El castillo maldito es una comedia de terror estadounidense, producida por la Paramont, grabada en Estados Unidos en el año 1940 y titulada originalmente "The ghost breakers".

Una muchacha de Nueva York hereda un castillo situado en una pequeña isla cubana denominada Isla Negra. Aunque la leyenda cuenta que dicho castillo está lleno de fantasmas, la joven no duda en querer ir hacia La Habana y visitar su nueva propiedad. Sin embargo, pronto aparecerán extraños sucesos que parecen indicar que existe gran interés por que la joven no llegue hasta su destino.

Paralelamente, un locutor de radio tiene un problema con un mafioso en un hotel, él cree que lo ha asesinado -aunque no es así-, y le pide ayuda a la joven que aguarda hasta el viaje en una habitación de aquel mismo hotel. Para lograr escapar de la policía, el periodista se mete en un baúl y dentro de él llega hasta el barco que los llevará hacia tierras cubanas.

Durante el trayecto en barco, la pareja protagonista formada por la joven y el locutor, acompañados por el sirviente de este último, son objeto de nuevos intentos de boicot y más amenazas. Precisamente, durante el viaje conocen a un hombre que vive en Cuba y que les explica que los símbolos aparecidos en el camarote de la muchacha pertenecen al vudú.

Al llegar a Cuba, este aparentemente servicial hombre invita a la joven a cenar. Ese momento es aprovechado por el locutor y su sirviente para dirigirse hacia la pequeña isla donde se encuentra el castillo maldito. Al arribar, lo primero que encuentran es a la mujer que realiza el mantenimiento de la pequeña isla junto con su hijo, nada más y nada menos que un zombi.

Durante su visita al castillo con la intención de resolver el misterio verán un fastasma e incluso tendrán que enfrentarse al zombi de la isla, muy grandote, feo y con la voluntad anulada que los persigue con la intención de eliminarlos. Al tiempo llega también la joven heredera del castillo que decidió darle plantón al hombre con el que cenaba.

Finalmente, logran resolver el enigma. El malo malote será precisamente el hombre que conocieron en el barco y que invitó a cenar a la joven que pretende quedarse con el castillo, ya que resulta que debajo de éste hay un yacimiento de plata.  El malvado hombre será eliminado por error a manos del sirviente del locutor y la pareja de protagonistas se marchan juntos, felices de la vida y con planes de boda.

"El castillo maldito" es una película ralizada para el lucimiento de su pareja protagonista (Bob Hope y Paulette Goddard), donde se prima el humor facillón, con constanstes bromas racistas y comentarios machistas, que quizá puedan ser calificados como "de la época", aunque no deja de resultar llamativo y censurable décadas después.

El enfoque de la filmación es ser una historia de misterio, siguiendo pistas para resolver el enigma de lo que se encuentra detrás de la presunta maldición del castillo, con un fantasma y un zombi de por medio y constantes chascarrillos generalmente no muy afortunados.

La aparición aquí del zombi es anecdótica, utilizándolo para crear algunos momentos de tensión. Su caracterización y comportamiento totalmente en la línea de los zombis del vudú de las películas de aquel momento, un ser entre la vida y la muerte y que ejecuta los deseos de su amo, aunque su importancia aquí quizás radique más en el hecho de que en una filmación comercial como esta de principios de los cuarenta comenzara a popularizar la figura del zombi como elemento de terror.

En definitiva, una película que, aunque no es demasiado buena, es al menos curiosa y una muestra del cine de aquellos años. No obstante, será recordada por ser la primera comedia de terror con zombis de por medio, una fórmula que se repetiría cinco años después con algo más de interés en "Zombies on Broadway".

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