martes, 25 de septiembre de 2012

(1980) Miedo en la ciudad de los muertos vivientes

Miedo en la ciudad de los muertos es una película italiana de 1980, titulada originalmente "Paura nella città dei morti viventi", conocida en inglés como "City of the living dead" y dirigida por el mítico Lucio Fulci, aunque con unos registros alejados de otras películas de zombis de su autoría como "Zombi 2. Nueva York bajo el terror de los zombies" o "Zombi 3".

Mientras realizaba una sesión de espiritismo, una joven sufre una terrible revelación y queda practicamente muerta. Tanto es así, que la entierran viva, salvándola un policía que investigaba su presunto asesinato. Cuando se repone, la muchacha cuenta que en su visión vio lo que identifica como "la ciudad de los muertos", donde algo terrible ha pasado y donde se deben cerrar de nuevo las puertas del mal o todos los muertos caminará sobre la tierra.

Efectivamente, con imágenes que se van mezclando con la trama orginal, se narra que la maldición en cuestión la ha desatado el cura del pueblo con su suicidio, además, ese pueblo está construido sobre las ruinas de un antiguo poblado de brujas.

Después de algunos intentos -aunque increíblemente pronto teniendo en cuenta que ese pueblo podría estar en cualquier parte del mundo-, el policía y la joven que volvió de la muerte llegan hasta el lugar concreto donde ya se están dando extraños sucesos con muertos vivientes de por medio.

Finalmente, mientras llega el día de los muertos, fecha donde comienza el levantamiento de todos los cadáveres, el policía logra atravesar con una cruz al zombi-fantasma del cura, ardiendo todos en el fuego purificador. La película termina de forma desconcertante, con un niño que se acerca a la pareja protagonista, un grito y se quiebra la pantalla. Un detalle que para algunos es una genialidad y para otros una ridiculez.

"Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" es una película rara para ser de Fulci, atendiendo a sus películas más famosas de zombis, "Zombi 2" y "Zombi 3" que se basaban en explotar los zombis modernos de Romero, hasta en su pretendidamente confuso título. En esta filmación no hay islas, ni militares, ni apocalipsis zombis. Aquí se intenta crear más momentos de tensión, con un ambiente tétrico y oscuro en medio de una historia sobre maldiciones y espíritus.

Precisamente, se nota mucho que los muertos vivientes pasan a un segundísimo plano y con características más ajustadas a la necesidad de crear miedo que a los cánones que él mismo ayudó a difundir sobre los zombis modernos. Tenemos al cura, que más que un zombi es un demonio, luego tenemos a varios revividos que aparte de dar mordiscos también pueden aparecer y desaparecer como fantasmas, y por último observamos a última hora a los zombis cuando ya todos los muertos reviven, siendo éstos, probablemente, los únicos zombis a los que plenamente se puede considerar como tales.

En definitiva, una película con cierto interés, enfocada hacia el cine de terror más que al de zombis, aunque se hace amena esperando a que llegue el culmen, que llegar llega, pero tarde y mal. A destacar por último, algunos momentos gores bastante reseñables, con vómitos de intestinos y abundantes espachurramientos de cráneos incluídos, y por supuesto, el amor manifiesto que el encargado de efectos especiales procesa por gusanos y lombrices; su lógica: si algo quiere que de asquito y miedo, ponle unos gusanos encima y punto.

Trailer (en inglés):


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