La película comienza con imágenes de 1986, cuando en un pueblo del corazón de los Estados Unidos las autoridades y vecinos controlan una extraña epidemia de zombis en la localidad. En este momento destaca un asesino de muertos vivientes, experto en supervivencia y que es encarnado por Tom Savini. En una granja, el zombi de un asesino en serie llamado Abbott Hayes, mantiene a unos niños encerrados -se ve que aquí no les gusta la carne infantil a los revividos-, el experto en supervivencia junto con el sheriff local los rescatan y al primero le muerde Abbott, por lo que el sheriff dispara en la cabeza a su compañero y deja "con vida" al cadáver andante del asesino.
Después de estas escenas nos situamos 14 años después, a comienzos del Siglo XXI. Tras un accidente provocado por el propio Abbott, varios de los niños que tenía secuestrados en la granja, ahora jóvenes, mueren trágicamente en la carretera local cuando se dirigían a un concierto. El zombi muerde los cadáveres de los jóvenes para que revivan y comenzar así un nuevo levantamiento masivo de los muertos.
Paralelamente, un adinerado empresario ha comprado la granja de la familia Hayes, incluyendo un cementerio anexo a sus propiedades. Sin ningún tipo de escrúpulos, los encargados de la obra comienzan a remover los restos de los muertos, incluyendo la madre del propio Abbot Hayes. Esto parece ser el punto culminante para desatar la ira del asesino zombi.
Finalmente, un grupo de obreros logra hacer frente a esta nueva epidemia que será definitivamente controlada por la mañana, cuando parece que de nuevo todos los zombis han sido abatidos. No obstante, la película termina con imágenes de Abbot Hayes deambulando por los caminos cercanos esperando una nueva oportunidad para saciar su sed de sangre.
"Los hijos de los muertos vivientes" es una película bastante justita. Las imágenes iniciales de la matanza de zombis son mejorables, pero ciertamente se echan de menos cuando comienza la historia en sí. Una grabación con una fotografía nula y un acabado demasiado amateur.
Destacamos, aparte de la agradecida actuación de Savini al comienzo, la mención a que en 1968 fue cuando empezó todo debido a unas radiaciones de venus, en un claro guiño al argumento de la mítica "La noche de los muertos vivientes" cuya versión del 30º Aniversario (versión de la que nada tuvo que ver Romero) comparte productor con esta película: John A. Russo.
Lo que es la historia en sí hace aguas por muchos lados, el argumento está lleno de incoherencias y la infección y el comportamiento de los zombis es bastante errático, destacando la existencia de una especie de cabecilla, un zombi líder carismático y con ganas de asesinar, más parecido a un monstruo psicópata que a un zombi.
En definitiva, una película que no pasará a la historia ni por su fotografía, ni por su argumento, ni por sus personajes, con algunas notas de interés, aunque con muchos aspectos demasiado descuidados. Recomendable por algunas dignas matanzas zombis y por la curiosidad de ver actuar al mítico realizador de efectos especiales Tom Savini.
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